domingo, 20 de mayo de 2012

Juan Calvino y la predestinacion

Uno de los líderes más importantes de la Reforma fue Juan Calvino. Calvino sólo tenía 10 años cuando Lutero rompió con la iglesia católica; pero adulto, Calvino se convirtió en uno de los abogados más celosos del Protestantismo.
Calvino publicó su primer folleto o tratado religioso en 1536 en Basilea, Suiza, una ciudad de la frontera suizo-alemana. Calvino dedicó su vida de adulto a escribir y enseñar su propia y única interpretación de la doctrina protestante.

El resultado de esto fue la creación de una organización protestante llamada según su nombre, el “Calvinismo”, la cual tuvo su sede central en Ginebra.
Calvino continuó la vena mística de Martín Lutero. Recordemos que Lutero dijo que la salvación espiritual no era algo que un ser humano podía lograr mediante su propia labor. En cambio, la salvación requiere un acto de fe o creencia. La misma idea fue promulgada por Calvino pero con un enfoque severo. De acuerdo a la doctrina de Calvino, ni con un acto de fe o creencia podría una persona asegurar la supervivencia espiritual. Por el contrario, Calvino proclamaba que la salvación espiritual de una persona o la falta de esta, estaba ya predeterminada por Dios antes del nacimiento.

No sólo Dios decide por anticipado quién podría lograr la salvación y quién no, sino que absolutamente ninguna persona podría hacer algo con relación a la decisión de Dios. Esta infeliz doctrina se conoce como “la predestinación”. La enseñanza de la predestinación de Calvino ofrecía a la gente poca comodidad porque ella forzaba a que la mayoría de los seres humanos fueran condenados espiritualmente. Aquellos humanos favorecidos por Dios antes de nacer se conocían como “los elegidos”. Los elegidos eran pocos en número y no podían hacer nada para compartir su buena fortuna con los demás. Calvino proclamaba que el elegido sólo tenía una tarea real en la Tierra y era la de suprimir el pecado en los demás como un servicio a “Dios”. Claro, Calvino era uno de los elegidos.

Uno se puede preguntar: ¿porqué “Dios” debía condenar a casi todas las almas antes del nacimiento y luego continuar castigándolas después del nacimiento? Esto parece demasiado cruel. De acuerdo con Calvino, la raza humana todavía estaba siendo castigada por el pecado original de Adán y Eva. Como recordamos, el “pecado original” fue el intento del hombre antiguo por ganar conocimiento de la ética y de la inmortalidad espiritual.

Calvino no intentaba justificar la predestinación, a pesar de su obvia injusticia. El predicaba a cambio que la predestinación era un misterio por el cual todo el mundo sería humillado. Muchas cosas de “Dios” nunca habría forma de comprenderlas por los seres humanos, decía él.
El Calvinismo era más que una religión dominical. Era una forma de vida. Pedía a sus partidarios un estilo de vida pragmático y austero en el cual el deber más grande de una persona era glorificar a Dios en sus acciones diarias. Se enseñaba a la gente que su posición en la vida no importa lo que esas posiciones llegaran a ser, era su “llamado” de Dios. Una vida debía ser vivida pensando que era la voluntad del Ser Supremo que decidía dónde estaba colocada esa persona. El Calvinismo claramente era una filosofía del feudalismo para la edad moderna.

En el terreno religioso, Calvino prohibió las borracheras, los juegos, el baile y los cantos melódicos ligeros. Todo esto estaba considerado dentro de los pecados que el “elegido” que había sido puesto en la Tierra para ello, debía eliminar. Para nadie era una sorpresa que los calvinistas rápidamente desarrollaron una reputación de seres duros y descoloridos. Ellos también sufrieron violentos. Calvino no era un hombre de tolerancia y adoptó algunas de las practicas viciosas de los emperadores romanos del Este. Por ejemplo:
Calvino estimulaba la pena de muerte por herejía contra su nueva doctrina y pedía que las brujas fueran quemadas en la hoguera hasta la muerte.

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