La influencia de la francmasonería en la política americana se extendió más allá de la Presidencia. El Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos han tenido una gran cantidad de miembros masones durante la mayor parte de la historia de la nación. En 1924 por ejemplo, una publicación masónica elaboró una lista de sesenta masones en el Senado. En ese momento ellos constituían aproximadamente el 60% del Senado. En esta oportunidad se mencionaron más de 290 miembros de la Cámara de Representantes como miembros de la logia también. La presencia masónica en el Congreso de los Estados Unidos de América ha decrecido algo en los años recientes.
En un suplemento publicitario titulado: “La Francmasonería. Una manera de vivir”, la Gran Logia de California reveló que en el 97° Congreso, (1981-1983) había sólo 28 miembros de logias en el Senado y 78 en la Cámara de Representantes. A pesar de que esto muestra una sustancial disminución en relación a 1920, todavía la francmasonería tiene una representación de buen tamaño en el Senado con más de la cuarta parte de este cuerpo legislativo.
La Revolución Norteamericana fue algo más que un levantamiento local. Esta involucró muchas naciones. Francia fue un participante secreto por la causa norteamericana mucho antes del estallido del conflicto bélico. Tan temprano como en el año 1767, el ministro del Exterior francés, duque de Choiseul, había enviado agentes secretos a las colonias norteamericanas para calibrar la opinión pública y enseñar cuánto había crecido la semilla de la revuelta. Francia también despachó agentes provocadores a las colonias para fomentar secretamente el sentimiento anti-británico. En 1767, Benjamín Franklin, quien todavía no se había comprometido en la guerra armada contra Inglaterra, acusó a Francia de atizar el fuego entre los británicos y los súbditos norteamericanos.
Después de la destitución de Choiseul en 1770, su sucesor, el conde de Vergennes, continuó la política de Choiseul y fue el instrumentista en llevar ayuda abierta civil y militar de Francia a la causa norteamericana después de haberse iniciado la guerra de independencia.
Federico el Grande de Prusia fue otro que apoyó abiertamente a los rebeldes Norteamericanos. El estuvo entre los primeros gobernantes europeos en reconocer a los Estados Unidos como una nación independiente. Federico fue más lejos al cerrar sus puertos a los mercenarios hessianos para que no se embarcaran y pelearan en contra de los revolucionarios.
William Mc. Kinley (el 1 de Mayo de 1865), Teodoro Roosevelt (el 2 de Enero de 1901), William Howard Taft (el 18 de Febrero de 1908), Harry S. Truman (el 9 de Febrero de 1909), Warren Harding (el 28 de Junio de 1901), Franklin D. Roosevelt (el 10 de Octubre de 1911) y Gerald Ford (en 1949). En la lista de prominentes americanos francmasones también se incluyen personajes tales como: J. Edgar Hoover, antiguo fundador y director del FBI, quien alcanzó el grado más alto (Grado 33) del rito de Escocia; y el candidato presidencial Jesse Jackson (en 1988). Artistas americanos famosos también han ingresado como miembros, tales como: Mark Twain, Will Roger y W.C. Fields.
Official Masonic Record of The Third Annual Fashion and Home Exposition for the Benefit of Masonic Free Hospitals New York, May 13 to 24, 1924.
Lo curioso del caso es que Vergennes también era francmasón. El apoyaba a algunos de los francmasones franceses, tales como: Voltaire, quien estaba creando el ferviente clima intelectual que conduciría a la revolución francesa. La revolución francesa derribó al rey de Vergennes, Luis XVI, una década después de su muerte. Es irónico que mientras estaba Vergennes vivo, se opuso a todas las reformas en profundidad de la sociedad francesa. En consecuencia, él ayudó a crear el descontento popular que tuvo mucho que ver con el éxito de la Revolución Francesa.
Sin embargo, hasta dónde se involucró Federico profundamente con la causa norteamericana, puede que nunca se conozca. No existe duda en cuanto a que muchos colonos se sintieron en deuda con él, y lo veían como uno de sus dirigentes desde el punto de vista moral y filosófico. Décadas después de la Revolución, muchas logias masónicas en Norteamérica, adoptaron varios de los grados escoceses que se decía creados por Federico.
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