Hubo dos importantes líderes revolucionarios de los cuales se piensa que no fueron francmasones: Samuel Adams y Thomas Jefferson. Según lo que escribió John C. Miller en su libro “Sam Adams, Pioneer in propaganda”:
“Es sorprendente hallar que Samuel Adams, quien perteneció a casi todos los clubes políticos liberales de Boston y cargaba la más pesada programación de la “logia nocturna” de cualquier patriota, no era masón.
Muchos de sus amigos eran masones de alto rango y la logia de Boston hizo mucho por fomentar la revolución, pero Sam Adams nunca se unió a la sociedad masónica”.
El nombre de Thomas Jefferson fue registrado en los Procedimientos de la Gran Logia de Virginia en 1883 como visitante de la Logia # 60 de Charlottesville el 20 de Septiembre de 1817.
La Pittsburg Library Gazette, vol.
1 al 4 de Agosto de 1828, menciona a Jefferson como un notable masón. Durante su vida fue acusado de ser un agente de la Iluminatti Bávara de Weishaupt. Más recientemente, algunos rosacruces han citado a Jefferson como un miembro de su fraternidad.
A pesar de todo esto, el record real de membresía de Jefferson como perteneciente a cualquiera de esas organizaciones, aparece: o perdido, o no-existente, excepto el de la visita única a la logia de Charlottesville. Por esta razón, algunos historiadores masónicos creen que Jefferson era o fue masón inactivo o no fue masón en absoluto.
Miller, John C., Sam Adams, Pioneer in Propaganda (Stanford University Press, 1936), p. 40.
Linn, op. cit.., p. 16.
Lunden, Sven G., “Annihilation of Freemasobry,” The American Mercury (new York, The American Mercury, Inc., Feb. 1941), vol. LII, Nº 206, p. 189.
y por encima de ellos estaba colocada la pandilla de los comerciantes y la de los Hijos de la Libertad..”
Las logias masónicas no eran para la causa revolucionaria ningunos recién- llegados (en inglés: Jonny–come –lately´s). Hay evidencias de que fueron los instigadores iniciales. Al menos una logia entró en la agitación desde un comienzo temprano. Cartas y periódicos de principio de los años 1760’s revelan que la Sociedad Masónica de Boston estaba agitando un sentimiento anti-británico ya en los finales de la Guerra de los Siete Años, es decir unos buenos diez años antes de que realmente la revolución comenzara.
“La sociedad masónica de Boston dio ánimo a Hutchinson, (el gobernador Thomas), y al gobierno real en su lugar de reunión en “Adjutant Trowel’s long Garret”, donde se decía que había la mayor incitación a la revuelta, libelos y calumnias que eran tramados en todas las buhardillas de Grubstreet. Otis y sus hermanos masones se convirtieron en tales adeptos al vituperio, que los amigos de Hutchison creyeron que habían sido sacados del papel principal y del grupo, reemplazándolos por barro para tirárselo a la aristocracia de Massachusetts”.
Podemos buscar cómo es que las logias americanas llegaron a ser las fuentes de la rebelión cuando casi todas eran Capítulos bajo el sistema inglés, el cual, como recordamos, era pro-hannoveriano y prohibía la controversia política dentro de las logias. Se tiene que mantener presente que por los años de 1760, los grados templares anti-hannoverianos habían sido firmemente establecidos en Europa y también habían trabajado secretamente y viajado hacia muchas de las logias de las colonias americanas. Por ejemplo, como ya se mencionó en un capítulo anterior, la Logia de San Andrés de Boston, la misma que había ejecutado el Boston Te Party en 1773, confería el Grado Templar ya para el 28 de Agosto de 1769 después de aplicar para el mandato en 1762 de la Gran Logia Escocesa de Edimburgo. Esta aplicación fue hecha casi una década antes de que comenzara la Revolución Americana. Algunos templarios no sólo eran anti-hannoverianos sino que pensaban en lograr la abolición de toda monarquía.
La importancia filosófica de la francmasonería para el revolucionario americano puede verse también en los símbolos con los cuales los dirigentes revolucionarios escogieron para representar la nueva nación americana. Estos eran símbolos de la Hermandad Masónica.
Entre los símbolos más significativos de cualquier nación está el Escudo Nacional. Un primer proyecto para el Escudo Nacional Estadounidense fue propuesto por William Barton en 1782. En la esquina superior derecha del proyecto de Barton se ve una pirámide con el vértice superior truncado. En el lugar del ápice está un “Ojo de Dios que lo ve todo” en forma triangular. El ojo que lo ve todo, como podemos recordar, ha sido por mucho tiempo uno de los signos más significativos de la francmasonería.
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