En el año 1234, la caballería era políticamente autónoma y servía independiente de cualquier autoridad a excepción de la del Papa.
La caballería Teutónica era el verdadero gobierno de Prusia, no el Papa.
Con el apoyo del Papa, la categoría de la Caballería Teutónica ascendió rápidamente. Muchos alemanes viajaban a Prusia para enrolarse en el nuevo y potencialmente lucrativo teatro de la guerra. Esta emigración eventualmente produjo la total “Alemanización” de Prusia. Con el tiempo el comercio y la industria reemplazaron al conflicto armado y Prusia se convirtió en un centro de comercio mayor.
Por los inicios de los años 1300, el dominio de los Caballeros Teutónicos se extendió más allá de la mayoría del litoral del sur y del sudeste del Mar báltico. Los Caballeros Teutónicos tuvieron dos siglos para dejar su marca indeleble en Europa central y occidental. Antes de perder poder, los Caballeros habían establecido el carácter militante de Prusia que definiría esa región durante los siglos siguientes.
A comienzo del siglo XVI o años 1500’s, el destino de la Caballería Teutónica había empeorado y estaban siendo presionados y forzados a abandonar la Prusia Occidental por los polacos y a gobernar a Prusia Oriental como feudo polaco. En el año 1618, la Prusia cayó completamente bajo el gobierno de la dinastía de los Hohenzollern. Efectivamente, esto marcó el fin del gobierno autónomo de la caballería Teutónica.
A pesar de la continua fricción entre la Caballería y los Hohenzollern por el control de Prusia, los Hohenzollern mantenían vivos a elementos significativos de la organización de la Caballería. Al menos un Hohenzollern, Alberto de Brandenburgo-Anspach, había sido un Gran Maestro de la Orden por el año 1511. La Prusia de Hohenzollern adoptó los colores de la capa teutónica (blanco y negro) y el escudo oficial de la tierra. El pájaro teutónico de dos cabezas se convirtió en el símbolo nacional de Prusia.
Al igual que otras organizaciones de caballería de las cruzadas, la caballería Teutónica fue eventualmente convertida en una sociedad fraternal secreta, esta vez bajo el patrocinio de la familia real Hapsburgos de Austria. La caballería Teutónica todavía hoy sobrevive de esta forma.
Bajo el gobierno de los Hohenzollern, el poder y la influencia de Prusia se incrementó. Prusia llegó a ser un formidable jugador en la enmarañada arena política de Europa. En el siglo XVIII, los Hohenzollern se habían extendido entrelazándose familiarmente con sus vecinos reales alemanes mediante el matrimonio. Por ejemplo: la historia del más famoso de los Hohenzollern, Federico II, mejor conocido como Federico el Grande, es que había sido puesto por su padre en 1733 para casarse con Elizabeth Cristina del principado de Brunswick del noroeste de Alemania. (En 1569, la dinastía Brunswick había fundado la línea familiar Brunswick–Luneburg, la cual más tarde llegó a ser la familia Hannover).
La madre de Federico fue Sofía Dorotea, hermana del rey hannoveriano Jorge II. En generaciones anteriores, el abuelo de Federico el Grande se había casado con Henrieta, hija del príncipe de Orange.
Los matrimonios políticos, debido a que ellos eran comúnmente sin amor, también eran con frecuencia insatisfactorios para los que se casaban. Esta verdad se comprobó en la unión de Federico el Grande con Elizabeth Cristina de Brunswick. Federico había querido casarse con una Hannoveriana, pero la firme resolución de su padre prevaleció. A pesar de este arreglo infeliz, Federico todavía mantuvo lazos amistosos con otros miembros de la familia Brunswick. Fue en Brunswick donde Federico, no siendo aun rey de Prusia, se inició secretamente en la francmasonería el 14 de agosto de 1738, en contra de los deseos de su padre.
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