Ocultos detrás de esas actividades continuamos encontrando la presencia de la
Hermandad. A medida que pasaban los años, los miembros de las familias reales de Hesse y Brunswick, surgieron como los líderes de la Estricta Observancia. En 1772, por ejemplo, en un Congreso Masón en Kohlo, el Duque Carlos Guillermo Fernando de Brunswick fue escogido como sucesor de von Hund, Gran Maestro de la Estricta Observancia.
Varios años después de su elección para la posición de Gran Maestro, el Duque Fernando sucedió a Carlos I como gobernante de Brunswick y heredó el dinero del alquiler de mercenarios de Brunswick.
Compartiendo las tareas de liderazgo en la Estricta Observancia con el Duque de Brunswick, estaba el Príncipe Carlos de Hesse, hijo de Federico II de Hesse-Kassel. De acuerdo a Jacobo Katz en su libro “Judíos y Francmasones en Europa, 1723-1939”, el Príncipe Carlos (Karl) fue posteriormente “aceptado como cabeza de todos los masones alemanes”.
El hermano de Carlos, Guillermo IX, quien más adelante heredó el principado y la inmensa fortuna de Hesse-Kassel de su padre, fue también un francmasón. Guillermo IX había suministrado mercenarios a Inglaterra cuando comenzó el gobierno de los Hesse-Hanau.
¿Cuán importante papel realmente jugó la Hermandad manipulando estos asuntos? Para determinar si la Hermandad se involucró activamente y realmente en actividades maquiavélicas, habría que descubrir si existió algún agente solitario de la Hermandad que participó; primero en una facción y luego en otra. Se requeriría de un agente de la Hermandad viajando en círculos: desde los Jacobitas a los Electores de Hesse, desde el Rey de Francia hasta Prusia.
Con la elección del Duque Fernando, la Estricta Observancia desarrolló varios cambios. La Estricta
Observancia fue informalmente llamada “Logias Unidas”. Otro congreso celebrado diez años más tarde en 1782 en Wilhelmsbad, una ciudad cerca de Hannau en Hesse-Kassel, decidió eliminar totalmente el nombre de Estricta Observancia y en lo adelante la Orden fue llamada: la Caballería de Beneficencia de la Ciudad Santa. El Congreso de Wilhelmsbad oficialmente abandonó la historia según la cual la Caballería Templar fue la creadora original de la Masonería. Sin embargo, los grados de Caballería fueron mantenidos y también la idea de un liderazgo de un “Superior Desconocido”.
Katz, Jacob, Jews and Freemasons in Europe, 1723-1939 (Cambridge, Harvard University Press, 1970), p. 64.
Lo curioso del caso es que los registros históricos precisamente contienen a tal individuo. Nosotros normalmente no sabríamos de un agente así, debido al secreto que rodea a la Hermandad en su actividad. Sin embargo, esta persona en particular, por virtud de su personalidad extravagante, su excepcional talento artístico y su pasión por el drama, atrajo tanta atención sobre sí, que sus actividades y viajes eran anotados y registrados para la posteridad por mucha gente de su entorno. Divinizado por algunos y declarado charlatán por otros, este extravagante agente de la Hermandad fue mejor conocido por un falso nombre: el Conde de San Germán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario