La nueva Gran Logia Madre era considerada muy estricta en sus normas en cuanto a la prohibición de la discusión política en su interior. Idealmente, la francmasonería funcionaría independientemente de los problemas y posiciones políticas. Sin embargo, en la práctica la Gran Logia Madre, la cual fue establecida tan sólo tres años después de la coronación del primer rey hannoveriano, apoyó la nueva monarquía alemana en un tiempo cuando muchos ingleses estaban fuertemente opuestos a ella.
Uno de los primeros y más influyentes Gran Maestro de la Gran Logia Madre fue el Reverendo John T. Desaguliers, quien fue elegido Gran Maestro en 1719. En principio, Desaguliers había escrito un folleto donde establecía que los hannoverianos eran los únicos soberanos legítimos de Inglaterra bajo las “leyes naturales”. El 5 de Noviembre de 1737, confirió los dos primeros grados masónicos a Federico, el príncipe de Gales, un hannoveriano. Durante las generaciones subsiguientes, los miembros de la familia real hannoveriana llegaron a ser los grandes maestros.
La Gran Logia Inglesa decididamente fue pro-hannoveriana y su proscripción de la controversia política realmente ayudó a montar un soporte al status quo hannoveriano.
A la luz de la naturaleza maquiavélica de la actividad de la Hermandad, si fuéramos a ver la Gran Logia Madre como una facción de la Hermandad, planeada para mantener con vida una causa controversial (por ejemplo, a gobernantes hannoverianos en Gran Bretaña), podríamos esperar que la red de la Hermandad fuese la fuente de una facción apoyando a la oposición. Precisamente esto fue lo que sucedió. Poco después de la fundación de la Gran logia madre, fue lanzado otro sistema
de la francmasoneria opuesto directamente a los hannoverianos.
Augusto Federico (1773-1843) , el noveno hijo de Jorge III, fue Gran Maestro durante los treinta años anteriores a su muerte. Previo a esto, su hermano mayor, quien llegó a ser el rey Jorge IV, había llegado a la posición de Gran Maestro. Un posterior Gran Maestro real fue el rey Eduardo VII, hijo de la reina Victoria. Eduardo sirvió como Gran Maestro por 27 años mientras era el Príncipe de Gales. El más reciente Gran Maestro real por convertirse en rey fue el Duque de York, quien más adelante se convirtió en el rey Eduardo VI (r. 1936-1952).
Cuando James II fue derrocado por la Gloriosa Revolución de 1688, él se marchó de Inglaterra. Sus seguidores rápidamente formaron organizaciones para ayudarlo a recuperar el trono británico. El grupo más efectivo y militar fue la organización jacobita. Con su sede central en Escocia e Irlanda católica, los jacobitos eran capaces de reponer ampliamente la ayuda a los Estuardos. Ellos montaron muchas sublevaciones y campañas militares contra los hannoverianos, aunque fueron siempre derrotados en su empeño de colocar a los Estuardos en la corona. Cuando el depuesto James II murió en 1701, su hijo, el auto-proclamado James III, continuó la lucha familiar por recuperar el trono británico. Fue creada una nueva rama de la francmasonería para ayudarlo. Esta rama fue patrocinada siguiendo a la vieja caballería Templar.
Se dice que el hombre que fundó la francmasonería de los caballeros templares fue uno de los partidarios leales a James III, Michael Ramsey. Ramsey era un místico escocés que había sido contratado por James III para dos de los hijos de James en Francia.
La meta de Ramsey era restablecer la desgraciada caballería Templar en Europa. Para cumplir con esto, Ramsey adoptó el mismo enfoque usado por el sistema de la Gran Logia Madre de Londres: la resurrecta caballería templar tenía que ser una sociedad mística y secreta abierta a los hombres de variadas ocupaciones.
Los títulos de las viejas caballerías, los uniformes y “los instrumentos del oficio” debían ser usados para propósitos simbólicos fraternales y rituales dentro de un contexto masónico. Para mantenerse con esos objetivos, Ramsey se denominó a sí mismo: el caballero Ramsey.
Ramsey no trabajaba solo. El estaba asistido por otros partidarios de los Estuardos.
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