A medida que la historia humana entraba en el siglo XVIII, los cambios estaban al mismo tiempo entrando. La Inquisición casi había muerto y la peste bubónica estaba agonizando.
Los estudiosos de la historia masónica saben que los principios del siglo XVIII fueron años que marcaron un período de importancia para la francmasonería. Las logias masónicas en Inglaterra habían conquistado muchos miembros que no eran albañiles ni constructores de oficio. Esto sucedió debido a que la francmasonería estaba involucrada en algo diferente que un gremio de oficiales constructores. Esta se había transformado en una sociedad fraternal con una tradición mística secreta. Muchas logias estaban abriendo sus puertas discretamente a los no masones, especialmente a la aristocracia local y a hombres de influencia. Por el año de 1700 se estimaba que un 70% de todos los francmasones eran gente de otras ocupaciones.
Ellos se denominaban “masones aceptados” porque eran aceptados en las logias aunque no fueran albañiles de oficio.
El 24 de Junio de 1717, los representantes de cuatro logias británicas se reunieron en Goose and Gridlion Alehouse en Londres y crearon una nueva Gran Logia.
La nueva Gran Logia que algunos llamaron “La Madre Gran Logia del Mundo”, oficialmente abandonó el aspecto gremial de la masonería, es decir la francmasonería operativa, y la reemplazó por un tipo de masonería estrictamente mística y fraternal, o francmasonería especulativa.
Los títulos, herramientas y productos del oficio de masón o albañil, ya no eran más los tratados y destinados como objetos que los miembros debían usar para su sustento, en otras palabras, para ganarse la vida. En su lugar, estos artículos fueron totalmente transformados en símbolos místicos fraternales. Estos cambios no fueron hechos repentinamente, sino que fueron el resultado de una tendencia que había empezado mucho antes de 1717.
Algunas historias establecen incorrectamente que la Gran Logia Madre de 1717 fue el comienzo de la masonería misma. Como hemos visto, la raíz de la francmasonería fue establecida mucho antes de 1717 en la misma Inglaterra. Por ejemplo, una leyenda masónica relata que el príncipe Edwin de Inglaterra había invitado a los gremios de francmasones en su país tan atrás como en el año 926 DC., para ayudar a la construcción de varias catedrales y edificios de piedra. Manuscritos masónicos que datan de los años 1390 y 1410 se han mencionado en varias oportunidades y manuscritos de minutas de una reunión masónica del año 1599, fueron reproducidas en la Historia de la Masonería de Albert Mackey. La francmasonería ya estaba tan bien establecida en Inglaterra por el siglo XVII, que un cisma bien documentado en 1567 se conserva en los registros. El cisma dividió a los francmasones ingleses en dos facciones mayores: los masones de York y los masones de Londres.
El sistema de la nueva Gran Logia establecida en Goose y Gridiron Alehouse en 1717 consistía al principio de sólo un nivel de iniciación o grado. A los cinco años de la fundación de la logia se le añadieron dos grados más de tal forma que el sistema consistiera en adelante de tres pasos: entrada de aprendiz, socio artesano y maestro albañil. Esos grados eran comúnmente llamados: los grados azules, por que el color azul era simbólicamente importante para ellos. Los tres grados azules recordaban los primeros tres pasos de casi todos los sistemas masónicos de siempre.
La Gran Logia Madre sacó capítulos para hombres en Inglaterra, el Imperio Británico y Europa, autorizándolos para establecer logias practicando los grados azules.
La vistosa actividad fraternal de las logias proporcionaban una popular manera de que los hombres gastaran su tiempo libre y la masonería se convirtió rápidamente en una gran furia. Muchas logias se reunían en tabernas con una atracción característica de expender bebidas fuertes. Por supuesto, muchos de los miembros se acercaban a las logias atraídos por las promesas de fraternidad e iluminación espiritual.
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