Después de esto, sólo un vestigio de ruina quedó en el país, especialmente en los mezquinos señoríos donde se protegían y hasta se estimulaba para su propio bien por las ventajas financieras que ellos traían. Sólo unas pocas comunidades judías alemanas de gran tamaño, tales como la de Frankfort-am-Main o Warms, lograban mantener una existencia sólida desde los tiempos medievales en adelante.”
Los genocidios con frecuencia eran instigados por los gremios de comerciantes alemanes que no aceptaban a los judíos en su nómina. Muchos de aquellos gremios eran vástagos directos de antiguas logias de la Hermandad. De hecho, los miembros en las organizaciones de la Hermandad y en los gremios de comerciantes europeos se superponían pesadamente en el siglo XIV a los liderazgos de las logias, las cuales comúnmente eran conducidas por hombres miembros de otras organizaciones de la Hermandad.
Aquí está otra vez una instancia en la cual la red de la Hermandad corrupta era un contribuyente significativo, si no, la fuente primaria de un genocidio histórico mayor.
Alemania no fue la única nación con un montón de asesinatos judíos. Lo mismo
ocurrió en España. En 1391, una masacre de judíos fue ejecutada en muchas partes de la península ibérica.
Aunque eran asustados cristianos los que proporcionaban la mano de obra para esos terribles genocidios, sus actividades no siempre eran respaldadas por el papado. Para crédito de Clemente VI, que ejerció el papado desde 1342 hasta 1352, el trató de proteger casi inmediatamente a los judíos de la masacre. Clemente VI emitió dos bulas papales declarando a los judíos inocentes de los cargos que se les atribuía. Las bulas hacían un llamado a los cristianos para que cesaran sus persecuciones.
Clemente VI no tuvo éxito total porque en esos tiempos muchas de las logias secretas de comerciantes habían logrado fundirse en facciones dedicadas a actividades antipapales. El Papa Clemente no desmanteló a la Inquisición y la Inquisición hizo mucho por crear un clima general de opresión en el cual tales masacres podían ocurrir.
La combinación de la peste, la Inquisición y el genocidio proporcionó todos los ingredientes necesarios para cumplir la profecía apocalíptica. La iglesia católica estaba al borde del colapso a causa de que muchos clérigos perecieron con la peste y también por la pérdida de la fe popular en que la iglesia podía lograr el fin de la “enfermedad de Dios”.
Una gran cantidad de gente proclamaba que los días finales estaban llegando. Cierto para la profecía fue que de esta confusión surgieron nuevos “mensajeros de Dios” con la promesa de una inminente utopía. Las enseñanzas y las proclamas de esos nuevos Mesías tuvieron un efecto electrificante sobre los destrozados europeos y trajeron a ellos un acontecimiento de la mayor importancia: la Reforma Protestante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario