El Banco de Inglaterra ha sido apodado por algunos economistas: “La Madre de los Bancos Centrales”. Se convirtió en el modelo de los bancos centrales de hoy. Según el esquema del Banco de Inglaterra, el banco central venía a ser el banco primario de la Nación y haría empréstitos exclusivamente al gobierno nacional. El propósito total del banco central era poner en deuda al gobierno y ser el mayor acreedor del mismo. Las notas del Banco Central serían prestadas al gobierno y esas notas circularían como el papel moneda nacional.
Eso causaría que el gobierno y el pueblo dependieran de aquellas notas como dinero. El establecimiento del Banco de Inglaterra causó a los británicos vivir profundamente endeudados con una élite monetaria, la Aristocracia del Papel, la cual podía influenciar de esta forma el uso de los recursos de la Nación. Todavía hoy, este sigue siendo la manera de operar de todos los bancos centrales.
Como la mayoría de los bancos centrales modernos, el Banco de Inglaterra es de propiedad privada o banco operado privadamente aunque conserva un estatus casi gubernamental.
De acuerdo al plan de Paterson, los financistas que juntaron sus recursos para crear el Banco de Inglaterra recibieron la aprobación del gobierno para emitir notas de oro y plata en cantidades muchas veces excediendo el respaldo reunido.
La práctica normal de los banqueros durante este período fue sacar notas cuatro o cinco veces más, en exceso, de sus metales preciosos. Sin embargo, el Banco de Inglaterra emitió una multiplicación de veces increíble, 16 2/3 de veces.
El gobierno británico acordó pedir prestadas esas notas y honrarlas como dinero legal para uso en sus adquisiciones. El gobierno aceptó este plan porque a él no se le exigiría pagar el empréstito inicial. ¿No había perdido dinero el Banco de Inglaterra con un trato como este? En absoluto.
El valor facial de las notas del préstamo era muchas veces más en exceso del valor real de los bienes o activos sobre los cuales estaban basadas las notas. ¡El interés del préstamo en sólo un año sobrepasaba el valor total de los metales preciosos del Banco de Inglaterra!
Específicamente, los financistas habían colocado en conjunto una base total de 72.000 LE., (libras esterlinas) en real oro y plata. Emitiendo notas por un valor 16 2/3 veces la base, el banco podía hacer un préstamo a Inglaterra por 1.200.000 LE., en papel moneda. La tasa de interés anual era de 8 1/3 por ciento, lo que equivale a 100.000 LE. ¡El beneficio alcanzaba a 28.000 LE., es decir el 39 por ciento en un solo año!
Veintidós años después del establecimiento del Banco de Inglaterra se implementó un banco con iguales características en Francia en el año 1716. El fundador de la versión francesa fue John Law, quien llegó a ser ministro de finanzas de Francia. Law, por sus esfuerzos fue apodado el “padre de la inflación”. El título, claramente, no es exacto por que la práctica de la inflación había comenzado mucho antes. Sin embargo, la inflación espectacular que ocurrió en Francia después de la nacionalización del banco de Law, fue lo que le dio a Law el ambiguo honor del título.
Como hijo de orfebre transformado en banquero, John Law fue un carácter interesante en muchas formas. El estaba profundamente dedicado a las enseñanzas o escuelas de misticismo de la Hermandad, las cuales estaban detrás de muchos de los cambios sociales importantes que ocurrían en este tiempo.
El biógrafo Hans Wantoch, escribía en su libro “El espléndido negocio del dinero” como Law fue “uno de los últimos místicos de la alquimia, de los astrólogos que estaban agonizando en el tiempo de Voltaire, quien en su persecución de la piedra filosofal inventó la inflación”. Otro hecho interesante es que Law era escocés con antecedentes oscuros, al igual que su contraparte previa en Inglaterra, William Paterson. El vínculo escocés entre Law y Paterson puede ser significativo cuando revisemos la evidencia que Escocia fue un centro importante de actividad secreta, aunque de gran alcance, de la Hermandad en Europa.
Law fastidiaba a Francia justificando la paranoia de Inglaterra a fin de convencer al gobierno francés de establecer un banco central idéntico al de los británicos. La guerra que había sido instigada antes por Guillermo III, estaba causando un serio desaguadero a la Tesorería francesa. La propuesta de Law pareció una solución atractiva y en consecuencia finalmente fue adoptada.
Al principio, la nueva moneda francesa emitida bajo el plan de Law pareció revitalizar la economía francesa. Esto sucedió debido a que las notas bancarias podían ser redimidas en monedas metálicas, en las cuales el pueblo tenía fe. Después que el Banco de Francia fue nacionalizado, este emitió una severa superabundancia de notas sin hacer un cuidadoso y gradual incremento. Rápidamente el pueblo se dio cuenta de que había mucho más notas de papel en circulación que las monedas acuñadas para resarcirlas. El resultado fue un quebrantamiento de la confianza popular en las notas y en consecuencia un trastorno de la economía francesa.
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