Es significativo que la niebla putrefacta y el aire malo eran culpados por muchos pueblos de la producción de epidemias a los largo de la historia. En la antigua Roma durante una peste, el famoso médico griego Hipócrates (460 – 337 AC.) estableció que la enfermedad fue causada por perturbaciones del cuerpo ocasionadas por cambios producidos en la atmósfera. Para remediar esto, el célebre Hipócrates hizo que la gente lanzara grandes fuegos públicos. El creía que los grandes incendios podían corregir el aire. El consejo de Hipócrates fue seguido siglos más tarde por los médicos durante la peste medieval. Sin embargo, los doctores modernos tienen una visión sombría de consejo de Hipócrates sobre esta materia, en la creencia que Hipócrates era ignorante de las verdaderas causas de la peste. En realidad, enormes piras en las afueras era la única defensa concebible contra la peste si esta era causada por la aspersión de niebla saturada de gérmenes. No se había inventado la vacuna para combatir la peste y por lo Tanto, la única esperanza que tenía la gente era quemar la “niebla” mortal con grandes incendios en los descampados.
Hipócrates y aquellos que siguieron sus consejos realmente lograron salvar algunas vidas.
Significativamente, las pestes neumónica y bubónica no eran las únicas infecciones mortales de la historia que eran producidas por una extraña niebla letal. La mortal enfermedad intestinal llamada cólera es otra:
“Cuando el cólera brotó a bordo del barco Británia de su Majestad la reina de Inglaterra, navegando en el Mar Negro en el año 1854, varios de los oficiales y marineros afirmaron positivamente lo siguiente: inmediatamente antes del brote, se extendió una curiosa niebla oscura por sobre el mar y pasó por encima del barco. Apenas había salido el navío de la niebla cuando se anunció el primer caso de la enfermedad.”
Una niebla azul también fue reportada en conexión con el brote de cólera en Inglaterra en el año 1832 y entre los años 1848 y 1849. Como se mencionó antes, las plagas tenían un significado religioso muy marcado en la antigüedad.
En la Biblia se dice que eran las plagas el método utilizado por Jehová para castigar a la gente por sus pecados. Los “agüeros” o presagios precediendo a los brotes de la Muerte Negra se parecen mucho a los “agüeros” relatados en la Biblia.
“Los hombres enfrentados al terror de la Muerte Negra estaban impresionados por la cadena de acontecimientos sufridos hasta el final de la peste, y por los relatos de la llegada de la peste en el siglo XIV, caso que fue seleccionado como ejemplo de los acontecimientos de mal aguero entre los que deben haber ocurrido en los años precedentes al brote epidémico de 1348, el cual se pareció bastante a las diez plagas de los faraones:
trastornos en la atmósfera, tormentas, extrañas invasiones de insectos y fenómenos celestes.”7
Además, la forma bubónica de la peste era muy parecida, si no idéntica, a algunos de los castigos impuestos por “Dios” relatados en el Viejo Testamento:
“Pero la mano del Señor fue puesta con fuerza sobre el pueblo de Ashdod (una ciudad filistea) y la destruyó y los mató con dolorosos tumores”.
1 SAMUEL 5 : 6
“ … la mano del Señor fue contra la ciudad (Gath, otra ciudad filistea), con una muy grande destrucción; y él mató a los hombres de la ciudad incluso jóvenes y viejos, y ellos tenían bubas en sus partes secretas”.
1 SAMUEL 5 : 9
“… había una mortal destrucción a través de toda la ciudad; la mano de Dios era muy dura con ella. Y los hombres que sobrevivieron fueron afectados con tumores (hemorroides); y los gritos desde la ciudad llegaban a los cielos.”
1 SAMUEL 5 : 11–12
El aspecto religioso de la Muerte Negra medieval fue incrementado por los informes de sonidos atronadores en conexión con los brotes de la peste. Los sonidos eran similares a los descritos en la Biblia como acompañantes de la aparición de Jehovah. Extrañamente, son ellos también los sonidos comunes en algunos de los testimonios de los observadores de OVNIS:
“Durante la peste de 1565 en Italia, rugidos de truenos se oían día y noche, como en la guerra, junto con un alboroto y el ruido como de un ejército enorme. En Alemania, en muchos lugares se oyó un ruido como si una carroza fúnebre estuviera pasando por la calle…”
Ruidos similares acompañaban extraños fenómenos aéreos en la extraordinaria visión en relación a la peste en Inglaterra. Los objetos descritos en las citas debajo, permanecieron visibles por más de una semana y parecían ser un verdadero cometa o planeta como Venus, no obstante que algunos de los otros objetos pudieran ser etiquetados como “no identificados”.
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