Estaba dirigida por un Gran Maestro y allí los ismaelitas promovían un mensaje totalmente apocalíptico con la promesa de la venida de un Mesías.
Uno de los miembros de la Logia Ismaelita fue un hombre llamado Hassan-I-Sabbah. Al señor Sabbah le llegó la conversión mística como resultado de una severa y peligrosa enfermedad durante la cual creyó que Dios lo había salvado y le había dado el renacimiento espiritual. El año de 1078 en la Gran Logia de El Cairo, el señor Sabbah pidió permiso al Califa (un califa es un sucesor de Mahoma. El título de “califa” le fue dado a aquellos musulmanes cabeza de estado que proclamaban ser sucesores de Mahoma) para diseminar en Persia el evangelio ismaelita. El califa garantizó al señor Sabbah su petición a condición de que apoyase a su hijo mayor llamado Nizar para que fuera el próximo califa (el noveno califa). Sabbah aceptó el trato y denominó a su nueva rama ismaelita “los Nizarios”, en honor al hijo del califa. Esto sin embargo fue por poco tiempo antes de que la rama del señor Sabbah fuera conocida por su famoso nombre: los Asesinos.
Los Asesinos eran comúnmente conocidos como una secta religiosa.
Más específicamente se denominaban una sociedad secreta. De acuerdo al historiador masónico Alberto Mac Key, los Asesinos adoptaron la estructura organizacional de los ismaelitas. Los Asesinos practicaban las iniciaciones paso por paso y poseían una doctrina mística secreta. El señor Mac Key agrega que parece que los Asesinos practicaban tres de los mismos grados fraternales usados por la francmasonería de hoy: Aprendiz, Oficial y Maestro.
Los Asesinos tenían un código religioso similar al de los Caballeros Teutones y los Hospitalarios. Los Asesinos formaban parte integral de la red de la Hermandad.
Un rasgo distintivo de la organización de los Asesinos era el uso de drogas —en principio el hashish — con propósitos místicos y otros. De allí que la palabra asesino viene de la palabra hashishin que significa “usuario de hashish”. Los Asesinos y algunos grupos más de la Hermandad en la historia, alaban las virtudes de los fármacos que alteran la mente como una forma de lograr la iluminación mística.
Los Asesinos eran también una organización de combate con su ejército.
El Gran Maestro Sabbah escogió una fortaleza localizada en los altos de una montaña al norte de Irán como cuartel general de su nuevo grupo. Esta fortaleza de los Asesinos fue conocida como “el Alamut” que significa “Nido del Aguila” o “Doctrina del Aguila”. Los Asesinos se transformaron en una formidable potencia militar y política en la región y eventualmente controlaban otras fortalezas en Persia y Siria.
Los Asesinos se enemistaron definitivamente con otras organizaciones musulmanas y luchaban contra la Caballería Templar y otros ejércitos cristianos durante las Cruzadas. Para ayudar a ganar feudos y guerras, los Asesinos desarrollaron la herramienta mortal por la cual llegaron a ser famosos y temidos: el asesino solitario.
Mucha gente hoy está dolorosamente enterada del fenómeno llamado “el asesino solitario”. Este es comúnmente un joven en sus veintes o treintas, quien es vuelto loco mediante el engaño y quien muestra poco o ninguna preocupación por su propia seguridad cuando asesina a un importante líder en plena luz del día, en público y frente a testigos. El homicidio tiene un tremendo valor de impacto y puede afectar enormemente la dirección política de una nación.
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