Hay otra forma muy importante mediante la cual puede ser transmitida una peste:
por medio de armas bacteriológicas.
Actualmente los Estados Unidos y la Rusia, poseen almacenes repletos de armas biológicas que contienen peste bubónica y otras plagas epidémicas. Los gérmenes se mantienen vivos en proyectiles que rocían el aire con la peste en forma de niebla espesa artificial frecuentemente visible. Cualquiera que inhale aire contaminado con la niebla contrae la enfermedad. Hay armas biológicas en suficiente cantidad en el mundo actual como para barrer una buena porción de la humanidad.
Los informes sobre la idéntica niebla inductora de la enfermedad en los años de la peste, sugieren
fuertemente que la Muerte Negra fue causada por guerra bacteriológica. Echemos un vistazo a los increíbles informes que nos conducen a esa conclusión.
Al primer brote de la peste en Europa siguió una serie de acontecimientos extraños. Entre los años 1298 y1314 fueron vistos sobre Europa siete grandes “cometas”, uno de los cuales fue de una “oscuridad impresionante”. Un año antes del primer brote de la peste en el continente europeo, se informó de “una columna de fuego” divisada sobre el palacio del Papa en Avignón en Francia.
Al principio del año fue observada una “bola de fuego” sobre París, y según se dice, ésta permaneció visible a los observadores por algún tiempo.
Para la gente de Europa, esas visiones presagiaban la aparición de la peste y en efecto así sucedía.
Es cierto que algunos de los “cometas” anunciados eran eso: cometas. Otros también pueden haber sido pequeños meteoros o bolas de fuego (grandes meteoros brillantes). En siglos pasados la gente en general era mucho más supersticiosa que en la actualidad, y los tan naturales meteoros y fenómenos similares ordinarios, frecuentemente eran reportados como precursores de futuros desastres aunque no tuvieran ninguna relación con acontecimientos de la vida real. Por otra parte, es importante destacar que casi todos los objetos extraños observados en el cielo eran considerados “cometas”.
Un buen ejemplo se encuentra en el famoso libro editado en 1557, “Una Cronología de Prodigios y Portentos” de Conrad Lycosthenes.
En la página 494 leemos sobre un “cometa” observado en el año 1479 : “Un cometa fue visto en Arabia con la forma de un rayo de madera puntiagudo…..” La ilustración que lo acompaña estuvo basada en descripciones de testigos oculares, señala lo que claramente parece ser la mitad frontal de un cohete metido entre algunas nubes. El objeto descrito parece poseer muchas ventanillas. Hoy día llamaríamos a ese objeto un OVNI y no un cometa. Esto nos conduce a preguntarnos cuántos de los muchos antiguos cometas no eran realmente similares a objetos en forma de cohete.
Cuando confrontamos un antiguo reporte de un cometa en realidad no sabemos con qué clase de cosa estamos tratando, a menos que se cuente con una descripción completa. Un reporte de un repentino incremento del fenómeno celeste “cometa” o similares, puede, de hecho, significar un incremento de la actividad OVNI.
La conexión entre el extraño fenómeno aéreo y la Muerte Negra fue inmediatamente establecido cuando el primer brote de la peste en Asia. Como lo narra el historiador:
“Las primeras informaciones sobre la peste llegaron del Este. Ellas eran confusas, exageradas, temibles, cuando informan desde este cuarto del mundo, en muchas descripciones, de tempestades y terremotos, de meteoros y cometas arrastrando gases nocivos que matan los árboles y destruyen la fertilidad de la tierra….” .
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