lunes, 23 de julio de 2012

Relatos del libro de los Mormones

Y he aquí que las rocas fueron desgarradas en pedazos; ellas fueron rotas sobre toda la faz de la Tierra, a tal grado que ellas se encontraban en fragmentos rotos y en grietas por toda la faz de la Tierra.
Y pasó todo esto, cuando las explosiones y los relámpagos, la tempestad y los movimientos sísmicos terminaron; porque ellos se prolongaron por espacio de tres horas; y algunos dijeron que el tiempo fue mayor; no obstante, todas esas grandes y terribles cosas fueron hechas en el lapso de tres horas y algunos dijeron que el tiempo fue mayor; he aquí que apareció una oscuridad por toda la faz de la Tierra.
Y sucedió que había una espesa oscuridad por toda la faz de la Tierra a tal grado que los habitantes de esta que no habían muerto sentían el vapor en la oscuridad.

Y ahí no había luz debido a la oscuridad, ni velas, ni antorchas, ni podía haber fuego encendido con buena y abundante madera seca, así que no podía haber ninguna luz en absoluto.
Y no había ninguna luz a la vida, ni fuego, ni luz tenue, ni el Sol, ni la Luna, ni las estrellas, por ser tan grande la niebla de la oscuridad, la cual estaba sobre la faz de la Tierra.
Y llegó a pasar que esto terminó por espacio de tres días que no había visto luz; y hubo un amanecer y aullidos y llanto entre toda la gente continuamente; sí, grande era el gemido de la gente debido a la oscuridad y a la gran destrucción que había caído sobre ellos.

3 NEPHI 8 : 5-23 Libro del Mormón
Los estruendos, relámpagos, rápida incineración de ciudades, todo en un período de tres horas, seguido por tres días de oscuridad espesa y pesada, se combina para retratar exactamente un ataque atómico seguido de la inevitable nube espesa y persistente de hollín y escombros. El párrafo de arriba es especialmente importante cuando recordamos que esto fue publicado por primera vez hace un siglo, mucho antes de que las primeras armas atómicas fueran desarrolladas por el hombre. Esto da crédito adicional al reclamo de la iglesia Mormón, en cuanto a que Joseph Smith no había inventado el Libro del Mormón como algunos críticos han afirmado. Es muy improbable que alguien en los tiempos de Smith pudiese haber accidentalmente imaginado un acontecimiento que reflejase tan fielmente un holocausto nuclear.

Algunos Mormones hacen hincapié en que la enseñanza espiritual encontrada en los textos Mormones son más importantes que la información histórica. Su creencia espiritual, por supuesto, es significativa, ya que es de las más directas acerca de las intenciones Custodias.
Las creencias espirituales básicas de la iglesia Mormón pueden resumirse como sigue:
Los humanos son seres espirituales inmortales que ocupan cuerpos humanos. El espíritu es la verdadera fuente de la inteligencia y de la personalidad, no el cuerpo. Como seres espirituales, existimos antes del nacimiento y continuamos existiendo después de la muerte. La verdadera meta de la vida es mejorar espiritualmente y cada quien puede eventualmente lograr un estado espiritual rehabilitado, el cual es reflejo del estado del Ser Supremo. La ética es un paso importante para lograr un estado así. Cada quien está dotado con una voluntad libre.

Esas creencias suenan como las enseñanzas de una religión Máverik. Podemos entender al mismo tiempo el porqué tanta gente es captada por el Mormonismo y permanecen como fieles devotos. A los miembros se les dice verdades importantes. Sin embargo, cuando leemos más profundamente los trabajos mormones, encontramos que las verdades antes mencionadas se las acompaña con fatales desviaciones que ciertamente impiden a la gente alcanzar alguna vez su salvación espiritual.

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