miércoles, 18 de julio de 2012

Relatos contenidos en el libro del Mormón

Aunque muchos historiadores toman seriamente el Viejo Testamento como un registro histórico, en el Libro del Mormón se le da poca consideración. La historia del Libro Mormón parece exagerada, y la forma en la cual Joseph Smith declara que obtuvo y tradujo las láminas parece tan sospechosa que se le ha puesto a ésta poca atención académica. La pregunta es:
¿Podría el Libro del Mormón ser rechazado de plano?
En verdad, el Libro del Mormón muy bien puede ser uno de los más significativos registros históricos salidos de religiones Custodias. Basados en todo lo que hemos analizado en estas paginas, la historia de la América primitiva como la relatan en el Libro del Mormón es precisamente el tipo de historia que nosotros esperaríamos. La Tierra es pequeña. Nosotros podríamos anticipar que una raza tipo “antiguo astronauta”, por ejemplo: el Custodio, podría gobernar la sociedad humana de la misma forma en todas partes, sobre cada continente.

Podríamos esperar que ellos exhibieran la misma brutalidad y la promoción de idénticas religiones ficticias. La extrapolación de fechas en el Libro del Mormón para la llegada de los palestinos a América luce especialmente interesante, porque ellas coinciden con las fechas que los historiadores han asignado a la emergencia de las antiguas civilizaciones de México y América Central. El Libro del Mormón, por consiguiente, puede explicar el porqué aquellas civilizaciones surgieron repentinamente en Norte y Centro América, tiempo después que civilizaciones similares habían llegado y se habían ido ya en el lado opuesto del mundo.

Todavía esto deja un acertijo sin resolver.
Si el Libro del Mormón es al menos parcialmente verdad ¿Dónde están las ruinas de las ciudades que menciona? Muchas ruinas americanas de gran magnitud y esplendor han sido descubiertas, es cierto, pero no todas de la clase de ciudad identificadas en el Libro del Mormón. El Mormón ofrece una respuesta espeluznante: algunas fueron destruidas por “Dios” mediante un espantoso cataclismo.
Como en otras partes, era muy difícil para los humanos de la América primitiva complacer a sus maestros Custodios. El Libro del Mormón nos dice que algunos primitivos americanos hacían un pobre trabajo para ellos. Como resultado, se desató un castigo masivo sobre una amplia región de América, allá por el año 34 DC ; coincidiendo con la crucifixión de Jesús en el otro lado del mundo. El Libro del Mormón relata que este cataclismo fue extraordinario. Verdaderamente describe un cataclismo nuclear:
“…en el tercer y cuarto año, en el primer mes, en el cuarto día del mes, allí surgió una gran tormenta, tal que, como nunca habíamos conocido sobre la Tierra.
Y también había una grande y terrible tempestad (vientos violentos); y había truenos terribles, además de que esto hacía sacudir la tierra toda como si fuera a dividirse en pedazos.
Y habían relámpagos intensos y en exceso, tales como nunca se conocieron en la Tierra.
Y también la ciudad de Zarahemla se incendió.
Y la ciudad de Moroni se hundió en las profundidades del mar, y fueron arrastrados con ella todos sus habitantes.
Y la Tierra se derrumbó sobre la ciudad de Moronihah que en el lugar de la ciudad se formó una gran montaña.

Y había una terrible y gran destrucción en las tierras hacia el Sur. Pero he aquí, que había una más grande y terrible destrucción en las tierras hacia el Norte, porque he aquí, que la faz de la Tierra fue cambiada totalmente, porque debido a la tempestad y el remolino y los truenos, y a los relámpagos, y a la enorme cantidad de terremotos en toda la Tierra, los caminos se rompieron y los pasos a nivel se estropearon y muchos lugares apacibles y llanos se convirtieron en abruptos.
Y muchas de las grandes y notorias ciudades fueron hundidas y muchas fueron quemadas, y muchas fueron sacudidas hasta que los edificios se caían a tierra; y los habitantes de estas morían y los lugares quedaban desolados.
Y habían algunas ciudades que resistían, pero el daño en ellas era demasiado grande y había muchas de ellas que perecían.
Y habían algunas que eran arrastradas por el viento y llevadas a una condición no conocida por el hombre, salvo que ellos se daban cuenta de que estaban siendo arrastrados.
Y así la faz de la totalidad de la Tierra fue deformada como consecuencia de la tempestad y de los truenos y relámpagos y de los movimientos de la tierra.

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