Bajo la administración de Ronald Reagan por ejemplo, más de setenta de los miembros de su administración pertenecían al Consejo, incluyendo varios miembros del alto gabinete. El CFR ha dominado pasadas administraciones presidenciales también y dominó la administración de George Bush (1989-1993)
Quigley, op. cit., p. 951.
El presidente del CFR por muchos años ha sido el banquero David Rockefeller, antiguo presidente del Chase Manhattan Bank. Otro ejecutivo del Chase presidió el CFR antes que él. La advertencia de Thomas Jefferson se ha tornado verdadera. La fraternidad bancaria norteamericana ha ejercido una fuerte influencia sobre la política norteamericana, notoriamente en la política exterior; y es el Consejo de Relaciones Exteriores el canal a través del cual se hace esto. Desafortunadamente, esta influencia ha contribuido a preservar la inflación, las deudas y las guerras, como status quo o estado de las cosas existentes.
Cuando Cecil Rhodes estaba vivo ganó un considerable poder en Sur África donde sirvió por algunos años como su Gobernador Colonial. Poseía una efectiva y única forma de delegar el poder. Según uno de sus amigos íntimos, el Dr. Jameson, Rhodes daba una enorme autonomía a sus hombres de confianza. El Dr. Jameson escribió una vez:
“… Mr. Rhodes deja la decisión (lo que hay que hacer en una situación) al hombre encargado en el sitio, a quien supone que es el mejor juez de las condiciones. Esta es la forma de ser de Mr. Rhodes. Es un placer trabajar con un hombre de su inmensa habilidad, y doble placer cuando te encuentras que en la ejecución de sus planes, lo deja todo a ti; aunque no hay duda que en última instancia de los negocios de Transvaal se ha perjudicado por este sistema, todavía a largo plazo, el sistema funciona. Al mismo tiempo que logra el objetivo que tiene a la vista, no se distrae en cuidar los medios y métodos que tú empleas. El deja al hombre consigo mismo y esto explica el porqué obtiene de sus hombres el mejor de los trabajos que ellos son capaces de hacer”.
Este puede ser un estilo efectivo de liderazgo, excepto cuando los medios usados para lograr un fin, crean sus propios problemas. Algunos de los métodos usados por los hombres de Rhodes hicieron más daño a largo plazo, que bien de inmediato. En Sur África por ejemplo, una lucha entre los colonos holandeses (los “Boers”) y los ingleses, desembocó en la Guerra de los Boers. Durante este conflicto, uno de los oficiales británicos bajo el mando de Rhodes, Lord Kitchener, fundó campos de concentración para encerrar a los Boers capturados. Los campos fueron decretados por Kitchener el 27 de Diciembre de 1900 y en 46 campos fueron recluidos eventualmente más de 117.000 prisioneros Boers. Las condiciones de reclusión eran tan inhumanas que se estimó que murieron entre 18.000 y 26.000 prisioneros afectados principalmente por enfermedades. Esta fue una gran cantidad de crímenes masivos.
Hoy asociamos los campos de concentración con la Alemania nazi y la Rusia comunista, pero realmente su uso en el siglo XX comenzó con los ingleses bajo la autoridad de Lord Kitchener.
Quizás la más grande ironía en la historia de la Mesa Redonda fue el papel de esta organización en la creación de la bomba atómica.
Después de la muerte de Rhodes, los grupos de la Mesa Redonda se dedicaron a establecer otras organizaciones. Una de ellas fue el Instituto para Estudios Avanzados (Institute for Advanced Study – IAS) localizado en Princestown, New Jersey. El IAS frecuentemente ayudaba a los científicos que estaban desarrollando la primera bomba atómica para los Estados Unidos. Los miembros del Instituto incluían a Robert Oppenheimer, quien ha sido apodado el “Padre de la bomba A" y Albert Einstein, para quien el instituto fue como su hogar.
Imperialist, Cecil Rodees, a Biography and Appreciation (New York, The MacMillan Company, 1987), p. 401-402.
Como vemos, el mundo estaba experimentando desarrollos muy importantes cuando entraba el siglo XX. El Banco Central se estaba organizando en una red internacional. Los banqueros ganaban más influencia en las relaciones exteriores de Gran Bretaña y los Estados Unidos de América por medio de grupos como la Mesa Redonda y el Consejo de Relaciones Exteriores. Entretanto, el movimiento comunista estaba ganando un incremento considerable en Europa. Este momentum dio su fruto en 1917 cuando los revolucionarios comunistas establecieron su “primera revolución del proletariado” en Rusia. Una vez más el mundo se ponía en camino de la utopía bíblica.
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