Para la mayoría de los “infieles” cristianos, los musulmanes no eran más que “paganos” salvajes (no creyentes).
Esto provocó un conflicto inevitable dentro del cual serían arrastradas millones de personas. Quinientos años después de la muerte de Mahoma, el mundo cristiano lanzó un esfuerzo militar coordinado para forzar a los musulmanes a salir de Tierra Santa. Este esfuerzo es conocido como las Cruzadas.
Las cruzadas cristianas para liberar la Palestina de los musulmanes se sucedieron entre los años 1099 y 1270 DC. Escaramuzas y batallas menores entre cristianos y musulmanes habían estallado antes, pero fue por el llamado a las armas del Papa Urbano II en 1095 que finalmente convirtió aquellas escaramuzas en un esfuerzo de guerra organizada que arrastró a casi la totalidad de los gobernantes cristianos de Europa. Cientos de miles de cristianos se alistaron en las cruzadas después de prometérseles la religiosa bendición, feudos y botines de guerra.
De casi todas las clases sociales surgieron voluntarios. Para muchos aldeanos y siervos, el llamado a las armas del Papa representó la forma de escapársele al señor feudal y quizá regresar convertidos en héroes ricos.
Las cruzadas comenzaron con buen pie, pero rápidamente empezó el derramamiento de sangre. Los cristianos capturaron Jerusalén en el verano de 1099. Aunque los caballeros e infantes que marchaban bajo la bandera cristiana eran alabados por practicar altas virtudes y caballerosidad, con frecuencia degeneraron cometiendo carnicerías y otros actos de crueldad.
Cuando los cruzados ocuparon Jerusalén en 1099, eliminaron a muchos de los sobrevivientes no cristianos en una matanza que quitó la vida a más de diez mil.
Los cruzados no sólo mataban musulmanes, también mataban judíos a quienes
muchos cristianos consideraban tan paganos como los musulmanes. La muerte de judíos comenzó mucho tiempo antes de la primera cruzada a Tierra Santa. En el año 1095, las facciones cristianas comenzaron a matar judíos en Europa. Una ola genocida en la Renania alemana fue uno de los mayores episodios y se inició por insustanciales rumores de que judíos renanos estaban usando niños cristianos en sus sacrificios religiosos.
La destrucción de los judíos se convirtió en un elemento importante de las cruzadas y la masacre se prolongó aún después que las cruzadas a Jerusalén habían terminado.
Las cruzadas tuvieron otro efecto importante en Europa. Varias décadas antes del lanzamiento de la primera cruzada, el Papa Gregorio VII había intentado poner a la iglesia Católica Romana bajo un mayor control centralizado. Previo al intento de Gregorio, la iglesia católica en Europa era una organización vagamente compacta y gobernada primordialmente por personas seglares (no clérigos); era el tipo de organización visualizada por los primeros fundadores del Cristianismo.
Una vez que el Papa Urbano II subió al Vaticano y reunió a todos los buenos cristianos para combatir a los musulmanes impíos, los príncipes cristianos y partidarios comienzan a rendir obediencia directa al Papa, apresurando de esta forma los esfuerzos de centralización intentados en principio por el Papa Gregorio VII. El poder del Vaticano Romano aumentó en la medida que se prolongó la guerra y creció en número la gente que declaró su lealtad al Papa.
Detrás de las cruzadas yacía la Hermandad. En principio, las cruzadas cristianas fueron dirigidas por dos poderosas organizaciones de caballería de estrechos lazos con la Hermandad: los Caballeros Hospitalarios y los Caballeros del Templo o Templarios.
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