Observando a través de la televisión y leyendo noticias en algunos periódicos respecto a los funerales de Kim Jong II, recientemente fallecido en Corea del Norte, se nota el fuerte culto a la personalidad que maneja este tipo de gobierno, militarista y autocrático, lógicamente una dictadura comunista en donde se le rinde pleitesía al líder máximo, el cual ha sido formado para que actué de esa manera, y donde el pueblo ha sido acostumbrado casi a adorarlo como un salvador, cuando estos líderes son personas que solo por la fuerza mantienen cohesionado a todo un pueblo a su alrededor.
Recientemente pasaron por una crisis de escasez de alimentos que casi se convierte en una hambruna, gracias a la asistencia internacional no fue así.
Todo por lo mal dirigidas políticas agro-alimentarias que en los regímenes comunistas dejan en manos de personas con poca o ninguna formación técnica que les permita manejar herramientas tecnológicas acordes para lograr aumentar la productividad de las tierras o mejorar el rendimiento de rebaños de carne y lácteos.
Corea del Norte ha orientado sus esfuerzos al armamentismo, a la elaboración de armas, incluso atómicas, con la finalidad de amedrentar a sus vecinos y rivales ideológicos.
En nuestros países donde funciona mal que bien una aun perfectible democracia, y para los venezolanos en especial, es muy repelente a la sensibilidad como amantes de la democracia con valores aprendidos durante los pasados cuarenta años, observar el desempeño de dichos lideres muy alejados de nuestras costumbres políticas.
Por eso es altamente criticable la presencia de imágenes del presidente de Venezuela en forma desmedida en cualquiera oficina gubernamental independientemente de la importancia de la misma, en las urbanizaciones que construye el estado, escuelas, hospitales, instalaciones agrícolas e industriales, en las vías carreteras, a la entrada de pueblos y ciudades, en las instalaciones de lo que antes era el INCE, en los cuarteles y pare usted de contar.
Lógico que nuestro gobierno fue elegido en elecciones, pero al transitar el tiempo en el poder han venido los adláteres oficiales modificando la estructura basada en la democracia, no existe la división de poderes, que requiere de una asamblea nacional independiente que controle los posibles desmanes del poder ejecutivo, el poder judicial actualmente en Venezuela cumple ordenes del presidente, como ejemplo más palpable podemos ver la obediencia del mismo respecto al caso de la jueza Afiuni, para quien el presidente pidió 30 años de cárcel, cuando ella actuó ajustada a derecho en el caso de un preso que tenía dos años sin sentencia y según el código penal vigente debía dársele libertad, pero el mismo era un preso de él. Eh ahí el problema.
Otros poderes del estado como la procuraduría y la fiscalía funcionan como dependencias anexas de la presidencia cuando deberían tener plena independencia, todos los funcionarios a la cabeza de estas dependencias piensan que la división de poderes es un obstáculo para sus fines políticos, que no es otro que llevar a nuestro país por el sendero del comunismo.
No es criticable una que otra foto del mandatario en alguna dependencia oficial, pero no esta forma de rendirle loas al actual como se está haciendo en Venezuela.
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