En 1980
China ostentaba el puesto once dentro del área económica mundial, gracias a la política económica reformista
ejecutada por Xiaoping finalizando la década de los setenta, China se enrumba a
posicionarse como primer exportador en el mundo. La reforma consistió en dejar
atrás una economía de planificación
central del estado y adoptar una de mercado con gran reducción de participación
del estado, el gigante asiático se paseó durante algo más de treinta años en el
contexto económico con un crecimiento promedio anual de 10% que lo coloca a
comienzos de 2015 detrás de Estados Unidos.
De los
países con deuda en Estados Unidos, China se posiciona como el primero con un
total de 1.239 billones de dólares en enero 2015. Se puede considerar a China
como el mayor banco de Usa ya que el 32% de las reservas chinas se encuentran
colocadas en bonos estadounidenses.
Además de
colocarse como primer exportador mundial, es el mayor exportador a Estados
Unidos, igualmente el segundo importador mundial, este crecimiento ha hecho que
acumule gran cantidad de reservas en monedas extrajeras, principalmente
dólares.
El
crecimiento chino esta soportado por una moneda débil frente a las monedas de
sus contrapartes comerciales, como el dólar estadounidense. De modo que los
productos chinos son más baratos en los mercados.
Esto le ha
permitido incrementar sostenidamente sus exportaciones y crear fuentes de
trabajo para sus casi 1.400 millones de habitantes.
China
utiliza su superávit comercial comprando bonos norteamericanos, es decir,
financia el crecimiento económico de los Estados Unidos y a tasas bajas. Si en
China hubiese un mercado libre, el superávit de su balanza comercial
fortalecería su moneda y los chinos querrían adquirirla.
Sin embargo,
en la potencia asiática esto no ocurre, China sigue manteniendo su moneda, el
gobierno emite constantemente yuanes que los usan para comprar dólares y deuda
de Estados Unidos, incrementando el valor del dólar. China vende yuanes y
compra dólares para fortalecer este último.
China quiere
internacionalizar su moneda y lo promueve, anhela un yuan internacional.
Después de la crisis 2008-2009, acordó con sus vecinos asiáticos fijar las
transacciones en yuan y que lo mantuviesen dentro de sus reservas
internacionales, para convertirlo en la moneda regional internacional.
Actualmente ya se realizan transacciones en yuanes en algunos países.
Muchos
países se preocupan por la inmensidad de las reservas internacionales de China
y el monto de bonos estadounidenses que posee. Con dichas reservas puede
manipular las monedas, no solo el dólar, como ya lo ha hecho.
Si en un
escenario hipotético China decidiera vender sus bonos estadounidenses las tasas
en Estados Unidos subirían, lo que desaceleraría el crecimiento económico de
ese país, el dólar se debilitaría y la deuda de Estados Unidos y China también.
El débil
dólar disminuiría las exportaciones chinas al ser más costosas que los
productos norteamericanos y esto traería consecuencias desastrosas para los
chinos, que tendría que aumentar sus exportaciones a países vecinos asiáticos y
aumentar el consumo interno.
Esto último
podrían realizarlo gradualmente bajo determinadas condiciones, una de ellas, la
necesidad de un mercado de valores desarrollado.
Hace poco
China creo el Asian Infrastructure Investment Bank promovido para el
financiamiento e inversión en infraestructura en los países pobres de Asia.
Esto fortalecerá el comercio e inversiones en la región y le dará poder a China
y a su moneda.
José Mendoza
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