A través de
las biografías de arqueólogos, que han trabajado, incluso algunos de ellos toda
su vida, para dejarle a la humanidad luces sobre lo que realmente ocurrió en
tiempos muy remotamente pasados. Muchas de estas biografías han logrado
apasionar al lector, sobre relatos de las sorprendentes victorias obtenidas al
revolver en el olvido de los siglos.
Muchas
investigaciones que marcan el señalamiento del lento avance del conocimiento
del hombre fósil, y el de tantas maravillas como nos han sido reveladas por la
ciencia arqueológica, obras que se han venido especializando y cubriendo campos
cada vez más concretos.
Algunas
obras que abrieron el camino, como producto de especialistas que supieron
recabar información precisa de hechos científicos y su combinación de datos de la vida privada y el ambiente en que
cada arqueólogo se movió.
La idea es
que estos escritos contribuyan a la divulgación de temas históricos poco conocidos
por el lector corriente, dando una visión de primera mano profunda, original y
acertada, tomada de buenos especialistas, como solo ellos pueden ofrecer, en
este caso, de la vida de los sumerios.
Aquí vamos a
poder desgranar la historia de un pueblo tan lleno de enigmas como es el pueblo
Sumerio y el pueblo hitita. Sumerios e hititas pueden rivalizar en su condición
de pueblos que han jugado un gran papel en la historia humana, a pesar de lo
cual han sido totalmente olvidados por la posteridad. Se inicia este
conocimiento sobre sumerios e hititas gracias al accionar de Samuel Noah
Kramer, cuando estudiaba en la catedra de historia antigua de la universidad de
Barcelona, donde presento trabajos de clases que versaban sobre esos dos
pueblos.
A través de
más de cien años de investigación, se ha logrado reafirmar lo que representaron los sumerios, como
precursores en la historia general de nuestra civilización. Nuestra historia ha
avanzado unos cuantos milenios hacia la antigüedad, basándose los científicos
en la interpretación y estudio de los escritos más antiguos del mundo,
obtenidos al escavar en los suelos de Nippur, ciudad que formo parte de Sumeria
en el territorio que hoy en día forma parte de Iraq, al sur de Bagdad entre los
ríos Tigris y Éufrates, grabados en
tabillas de arcilla húmeda que luego de secadas conservarían su contenido para
las posteridad.
En 1876, el
asiriólogo ingles George Smith, publico el génesis caldeo después de estudiar
las inscripciones cuneiformes asirio- babilónicas y estableciendo analogías con
los textos hebreos, Smith descubrió una incómoda verdad ya que múltiples
pasajes de la biblia cristiana, en especial del génesis eran una copia palabra
por palabra de la epopeya de la creación babilónica, el enuma elish.
Eso
significaba que existía un texto escrito en el dialecto babilónico como mínimo
mil años antes que los textos bíblicos, con lo cual junto con el peso de las
investigaciones más recientes contamos con un relato previo a la biblia que
nada tiene que ver con mitos y leyendas. Y si con una sucesión de
acontecimientos reales que tuvieron lugar durante la primera gran civilización,
La Sumeria. Que dio origen al resto de culturas del mundo.
El nexo que
establecemos entre la cultura sumeria y la hebrea nos permite aproximarnos a
una visión revolucionaria y reveladora sobre que o quien se esconde detrás de
los grandes mitos bíblicos.
En el
panteón sumerio se veneraban un total de 23 deidades conocidas como los
annunaki, una raza de criaturas supra humanas a quienes se les adjudicaba la
creación misma del ser humano a través de sus conocimientos en genética y
biomedicina.
José Mendoza
23-12-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario