Al Jesús
transformarse en esta figura se contrapone, desde el punto de vista del
estricto monoteísmo judío, en una “doctrina blasfema y sacrílega”, al dar
origen a la trinidad, que generó un abismo insondable entre judaísmo y
cristianismo.
Los autores
de los evangelios dejan ver en sus escritos la dependencia del punto de vista
de Saulo, ya que coinciden en la especulación teológica que le otorga
autenticidad a lo que no es sino una ficción, el rol mesiánico de Jesús al
supuestamente asumir y anunciar secretamente a sus discípulos el martirio de su
muerte y su resurrección al tercer día.
Al hacer un
análisis concienzudo de los evangelios, se ve que el rol mesiánico es una
creación literaria de Marcos para explicar cómo el verdadero mesías de Israel
pudo acabar como acabo.
Primero, de
acuerdo a la información asentada por quienes escribieron los evangelios,
conciben un mesianismo de Jesús con asignaciones semejantes a las desempeñadas
por un rey, tipo rey David, humano, político y decidido a pelear por lo tanto
sin plantearse un fracaso y mucho menos una resurrección.
En segundo
lugar, los discípulos siempre fueron incrédulos, no aceptaban en modo alguno el
hecho de la resurrección, sobre todo tomando en cuenta que su último anuncio
fue a apenas días, muy cercanos a su pasión.
Indica que
tales anuncios no fueron otra cosa que vaticinios “ex eventu”, es decir,
generados después de la muerte y la creencia en la resurrección del nazareno, y
no un hecho autentico.
José Mendoza
29-11-2014
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